Grullas. La migración prenupcial de esta especie tiene una parada en los campos alrededor de la laguna del Ojo, insistimos, si estos están con agua. Desde mediados de febrero hasta comienzos de marzo pueden hacer escala aquí buenos bandos. En la migración postnupcial las posibilidades de observar grullas suelen ser mucho menores dado que suelen encontrar campos y humedales casi secos, ante la ausencia de lluvias en la época estival.
Avefrías/Chorlitos dorados y demás familia. Muchos cientos de avefrías se pueden observar, desde finales de febrero y a lo largo de todo el mes de marzo. De nuevo los pastizales y campos que se encuentran alrededor de la Laguna del Ojo son los mejores para contemplar esos bandos, mixtos, muchas veces de ambas especies. Ocurre como con las grullas, el paso del otoño es mucho menos relevante, aunque se puede observar especialmente en el mes de noviembre.
La querencia de estas lagunillas y campos para las avefrías se ve resaltada en el sentido de que alguna pareja aislada permanece todo el año e intenta la reproducción siendo esta zona, junto con el embalse de Monteagudo, el único punto de la provincia donde este hecho se ha producido.
En el año 2018 se ha observado durante más de dos semanas del mes de marzo, una avefría sociable, un pariente asiático de la avefría común y que, siendo una especie rara, cada vez se citan más ejemplares pasando el invierno en nuestra península. También en marzo se han visto junto con avefrías, algunos ejemplares de chorlito carambolo. Esta especie tiene en esta zona y en otros muchos páramos y campos del sur de la provincia, un buen lugar de parada, siendo estas muy puntuales en marzo y abril y fijas en agosto-septiembre .
Ánades. Prácticamente, todos los ánades de superficie se pueden observar en estos humedales. Las citas más interesantes son las de cercetas carretonas que aparecen en la balsa “sin nombre”, de febrero a finales de abril. A partir de mayo solo permanecen los azulones que crían en todas las lagunas, navajos y pequeños arroyos.
Garza real. El único lugar de Soria donde se ha constado la cría de la garza real es la laguna del Ojo, aunque se sospecha también de haberse producido en la laguna del Saúco. Estas reproducciones esporádicas de las garzas aquí están seguramente ligadas a la colonia que existe a pocos kilómetros, en la laguna del Madrigal ya en Guadalajara. Las garzas se pueden ver durante todo el año, incluso en verano.
Otras aves acuáticas. La primavera es muy buena, de nuevo si el año ha sido pródigo en lluvias. Las limícolas en paso serán las especies más visibles. También muchas de las especies comunes se podrán observar por aquí, siendo las más abundantes el archibebe común y el combatiente. Desde mediados de marzo a mediados de mayo seremos testigos de esto.
A mediados de marzo aparecerán los representantes de los rálidos. Las tres especies comunes –gallineta, rascón y focha común– crían en estas lagunas. En el caso de la focha estamos ante uno de los puntos a mayor altitud del país en el que lo hace. Reproductor también es el aguilucho lagunero, con 2-3 parejas según años que se mueven por todos los campos. Crían en la Laguna del Ojo al amparo de su vegetación, aunque la laguna no tenga agua. Un ave bastante común en los pasos migratorios, pero que no cría en la zona es la cigüeña blanca. Buenos bandos de cigüeñas eligen para pasar la noche la iglesia de Barahona, en agosto y septiembre especialmente.
Avutardas. Desde mediados de junio empiezan a verse las primeras avutardas. Son machos de la población madrileña que abandonan sus áreas de cría y emprenden camino hacia zonas altas y frescas como esta. En los últimos años se ha constatado un descenso en cuanto al número de avutardas que pasan el verano en esta zona sin que se sepan muy bien las causas. Alpanseque era en la década de los años 90 del pasado siglo el punto más fácil para ver las avutardas. Muchos recordaban que estas aves habían criado allí en tiempos no tan pasados. Hoy en día la mejor zona se sitúa en el llano entre Barahona y Pinilla del Olmo. Recorriendo el camino que existen entre ambos pueblos podremos ver alguna. Desde mediados de junio hasta comienzos de octubre.
Sisón. También a lo largo del camino entre Barahona y Pinilla del Olmo, en las semanas finales del verano y comienzo del otoño, podían verse buenos bandos de sisones que recogen a la población nidificante de las planicies y páramos cercanos. Hoy, acorde a la tendencia negativa que sufre esta especie en España, estas concentraciones se han visto reducidas en gran medida. A comienzos de los 90 todavía se podían ver bandos cercanos al centenar de ejemplares. Hoy en día, el bando más grande es de 30 con suerte.