El curso alto del río Jalón nos puede deparar la observación del mirlo acuático. Desde el mes de enero podríamos oír como cantan los machos delimitando su territorio frente a otros congéneres. Crían muy pronto, pues en marzo puede haber nidos. También en enero-febrero empiezan a cantar los búhos reales. Toda esta comarca es rica en búho real, aunque sea a veces muy discreto. Junto a buitres leonados, alguna chova piquirroja y otras pequeñas aves forestales nos animan en lo meses de invierno dentro de, en general, una parca representación en número de especies.
En marzo habrán llegado los aviones roqueros. En zonas más cercanas están todo el año, pero aquí, todavía se van. Lo mismo se puede decir de los roqueros solitarios, pues algún ejemplar, y no siempre, puede quedarse todo el invierno. Lo normal es que casi toda la población abandone los roquedos los primeros días de noviembre volviendo a lo largo de febrero-marzo. En esas fechas podremos ver los celos de dos de las rapaces más espectaculares de los cortados: el águila real y el halcón peregrino. Este último aparece en cortados del Jalón y el águila en el valle de Avenales.
Recordamos de nuevo lo importante que es no molestar a las aves en sus zonas próximas de nidificación. Son momentos muy delicados en los que las molestias cuando empiezan la cría pueden llevar al abandono de las puestas.
Cuando halcones y águilas empiezan a criar será el momento en el que lleguen los alimoches. Una pareja también aparece en el entorno de Somaén. En el mismo cortado, junto a los buitres, aparece otra de las especies más características de este cañón: el vencejo real. Roqueros rojos, golondrinas daúricas y aviones comunes completan la lista de aves rupícolas. Pero también en mayo y junio han llegado muchas otras especies estivales. Con los bosques y laderas existentes, las currucas son las reinas de estas zonas. Y aquí tenemos casi todas las especies, salvo la zarcera, que solo se presenta en paso. La curruca cabecinegra, que es bastante inhabitual en Soria, aparece con buenas densidades aquí. Carrasqueñas y mirlonas en el encinar; rabilargas y tomilleras en las laderas de Avenales a Velilla y capirotadas y, más escasas, mosquiteras, en el Jalón y en el último tramo de bosque de ribera en el arroyo del Salobral. La densidad de mosquiteros papialbos, zarceros comunes y otras aves de esos entornos es muy destacada.