Estamos en una de las zonas más interesantes para observar aves esteparias. Las duras condiciones climatológicas del páramo en invierno hace que sean pocos los ejemplares y las especies que habiten estas lomas. Por ello, va a ser la primavera el momento culmen de la explosión de vida de estas tierras. La ruta prevista, si la hacemos en abril-mayo-junio, es ideal para la observación de:
Ricotís. Sus cantos serán una constante desde que casi dejemos el coche. Recordamos de nuevo la prohibición de usar reclamos para atraerlas. Iremos andando tranquilos por los caminos, o por el borde del cultivo, sin interferir en su reproducción dado que es un momento muy delicado. En los días buenos de octubre vuelven a tener un breve periodo de cantos que nos delatan que todavía siguen allí, algo que no parecen hacer en invierno cuando la mayor parte de la población desaparece para ir a lugares que se desconocen.
Sisones. En la actualidad, esta es de las pocas zonas de Soria donde se pueden ver varios machos de sisón en un espacio relativamente pequeño. Precisamente las fincas que vamos a recorrer en primer lugar son el lugar escogido por los sisones para realizar su celo. Llegan tarde aquí, quizás no hasta comienzos del mes de mayo, pero durante todo ese mes van a prodigarse en cantos y exhibiciones para intentar atraer a las escasas hembras que pueda haber en la zona.
Alcaraván. Otra de las aves esteparias, de comportamiento estival aquí – llegadas en abril- que todavía puede verse en número escaso. El realizar el recorrido a primeras horas va a ayudarnos mucho dado que casi todas estas especies se prodigan mucho en cantos y reclamos a primeras horas, para descender mucho su actividad a lo largo del día.
¿Ganga ortega? Ponemos a esta especie entre interrogantes, dado que apenas hay alguna pareja que se mueve por estas zonas y su evolución es bastante extraña, con años apenas sin observaciones y otros años con mayor presencia. Se desconoce casi todo de los movimientos estacionales de esta especie, pero parece claro que hay aporte de otras zonas aquí.
Avutardas. Las llanadas centrales de Villaseca -llamadas en los mapas el Llano o el Blanco de Villaseca- son los lugares en donde de manera recurrente y, a partir de junio, machos de avutardas se dejan observar. Su procedencia es la misma que apuntamos para las avutardas de los campos en torno a Barahona: parte de los machos de la población de avutardas de la comunidad de Madrid que abandona sus áreas de cría para pasar el verano en zonas altas y frescas. En este llano y en otras áreas cercanas de la provincia de Guadalajara se han llegado a ver hasta 30 ejemplares, pero la dinámica general de la especie parece apuntar a un retroceso en la visita de estos gigantes de la estepa.
Otras aves del páramo. A parte de la alondra ricotí este es uno de esos lugares donde se pueden observar en muy buen número otras especies de interés como las terreras comunes, los bisbitas campestres, gorriones chillones, alondras comunes, cogujadas montesinas…todo un conjunto de aves parditas que buscan su sustento en estas llanuras. En estos campos y en los valles cercanos cría el aguilucho cenizo y el aguilucho lagunero que junto a las águilas calzadas, serán las especies mas frecuentes. El mochuelo todavía aguanta en estas planicies y si hacemos la ruta desde mediados de agosto a septiembre, no es para nada descartable ver algún chorlito carambolo.